En pocas ocasiones, por no decir, en casi nulas ocasiones, los gestores solemos tener problemas con los vecinos residenciales de las comunidades, pues existen mecanismos de actuación que permiten controlar dichas actividades molestas que causen injerencias en la vida cotidiana sin generar intrusismo residencial.
Existe un gran número de empresas gestoras que viven de ofrecer servicios de hospedaje a huéspedes, como medio de vida, así como buscando una generación de ingresos para el propietario que, en su derecho está, pretende obtener mejores rentas y preservar su propiedad en buen estado con el paso del tiempo, sin deteriorar la vivienda, ni afectar a sus copropietarios de la comunidad donde posee un inmueble.
En ningún caso, las gestoras quieren, no pueden permitirse problemas vecinales, pues todo cae por su propio peso. Una relación agradable, profesional y duradera en el tiempo, es lo que pretende un gestor, como así, los vecinos de la comunidad donde se ejercita el alojamiento turístico. En pocos casos, por no indicar un porcentaje ínfimo de conflictos, suelen suceder con los turistas, planteamiento que es de base en este modelo turístico.
En la mayoria de los casos, los administradores pueden tener acceso directo a los gestores, para prevenir, coordinar y en casos residuales, atajar, cualquier incidente, valor que debe ser tenido en cuenta a la hora de valorar quien y como se presta el hospedaje.
Desde la Asociación Andaluza de Viviendas Vacacionales, han expuesto lo que el sector estima, conoce y pretende, buscando vías más correctas para ofrecer mayores garantías a los alojamientos vacacionales, donde la convivencia sea una norma agradable y sana, sin activar desigualdades que pueden venir provocadas por decisiones no del todo acertadas.
Les dejo el enlace de la opinion de su presidente.
convivencia-turistica